martes, mayo 2

Italo Calvino y la escritura combinatoria

Italo Calvino, en su artículo "Cibernética y Fantasmas", propone como un modelo de producción de texto, las posibilidades combinatorias de una máquina cibernética; tal vez en el intento de desmitificar ese momento oscuro y tormentoso de la génesis de una obra literaria. Si bien parece suficiente en el acto de discurrir sobre la cinta de un escrito, montar por partes y palabras las unidades mínimas de la ficción hasta obtener una página clásica de posibilidad literaria: Calvino cree necesario establecer un emergente en el texto, que vincula la repetición con el mito. Mito que, definido por el inconsciente humano, refiere a un orden colectivo. A Calvino, para sustentar este artificio que hace desaparecer al autor, le es difícil prestar a su máquina la motivación esencial de su movimiento combinatorio. "La línea de fuerza de la literatura moderna está en su consciencia de estarle dando la palabra a todo lo que en el inconsciente social o individual ha quedado sin decir: en ella radica el continuo desafío."

Una estrategia para dar cuenta de eso "original" que establece las condiciones de contorno de un disparo matemático de textos combinándose, es establecer a priori, como quién lo carga en las variables de una matriz, "la experiencia vivida, la imprevisibilidad de los cambios de humor, los sobresaltos, los dolores y las iluminaciones interiores." Estos, dice, son otros tantos campos lingüísticos con sus específicas propiedades combinatorias. Sin embargo, basta escanear sobre esos "sobresaltos", para descubrir una contradicción dimensional. El sobresalto es un cruce, un cortocircuito, un golpe de dados (es decir una in-tensión que en la invariabilidad del azar se expresa); no es un campo (una superficie), es un desvío.

Las matemáticas son bellas porque expresan la perfección nutricia de la formación de los cristales. Asistamos al desarrollo de una expresión matemática: todo está contenido en su planteo, sólo bastará de acuerdo con sus reglas lógicas, deslizarse como sobre una cascada por cada paso conmutativo hacia sus síntesis final. Todo está contenido en su germen, es pura potencialidad, pura repetición. Haciendo las convenientes salvedades, los textos (más precisamente en el artículo de Calvino, las novelas) podrían convertirse en los productos de una máquina escribiente (obviamente, como posibilidad conceptual.) Esto equivale a decir, junto con Borges, que lo escrito, está agotado del momento que es un germen de sí mismo, y que todos los textos han sido escritos en la historia del hombre (a todos corresponde un número en la serie matemática de la posibilidad.) Por ende, sólo cabe al escritor, a la mente humana, combinar fragmentos en busca de un sentido que en la literatura está fuera del lenguaje.

A modo de conclusión personal, deseo hacer una apreciación estilística que, de algún modo, pretende enlazar este artículo con la producción ficcional de Italo Clavino. Ante todo decir, que alguna de sus ficciones son muy hermosas, tal vez porque el capullo matriz desde el cual se han ido libando (ejemplos: un hombre que se trepa a un árbol y se decide a nunca más descender; una determinada concepción científica refutada en la actualidad), ha sido pasionalmente escogido. Pero en otros textos de su producción literaria, Calvino puede ser muy aburrido y dilatante. Generalmente en aquellos textos que pretenden agotar las permutaciones posibles de una fórmula literaria ("Tiempo Cero", en su totalidad. "El Castillo de los Destinos Cruzados": buena idea, pero sus condicionantes escriben trivialidades difíciles de disfrutar.) En estos textos, se percibe que el escritor se demore en las baldosas que va pisando. Un formuleo matemático de N combinaciones, se articula en los saltos o pasos que son necesarios para continuar su movimiento hasta agotarlo. Aquí radica una diferencia sustancial entre lo artificial y lo natural. El primero crece mirándose los zapatos en una carrera infinitesimal como la de Zenón, El segundo, muy difícil de definir (toda una vida para hallar un modelo aproximativo), puede decirse que, al igual que en la concepción ZEN, la escritura es el camino imantado de la intuición de un disparo certero de flecha.

4 comentarios:

Omar dijo...

En el comienzo del último párrafo, escribiste Italo Clavino. Lo que no deja de ser evocativo del remache de un estilo.

Miguel P. Soler dijo...

Tan atenta lectura, merece que la errata subsista.

Saludos, Omar-

charly dijo...

hola, lllegué de casualidad... está bueno el texto, justo estuve escribiendo sobre cibernética y poesía en mi blog, estás invitado, saludos

Loana dijo...

Calvino siempre haciendo como que todo ha dependido siempre de la casualidad, con el barón, con los viajeros. Me recuerda las magias de las máquinas de Laiseca. Parlantes y ganadoras.