miércoles, abril 12

Nunca acabará el lamento callado, ni el marchitarse de la flor marchita

El verso es de T. S. Eliot, y está extraído de su poemario "Four Quartets". Mi presente escrito que se inspira en esa luminosa línea, es como una coda, un tanto arbitraria, de mi post del viernes pasado en Kaputt.

Según Henri Bergson, la Duración sería un dato inmediato de la conciencia; es decir, que un objeto toma realidad en la medida que da cuenta del tiempo de su caducidad. De la forma que lo entiendo yo, podría ejemplificarlo (y para divertirme) así: regalo una rosa a mi amada; en un pétalo lleva inscripto el día de su vencimiento (como un replicante de Dick), y toda vinculación al hecho de haber nacido (nacido de alguna manera para ella, nacido a su mirada en el instante que descubro mi intención) se desvanece. Como no existe el instante (para la teoría de Bergson), no existe el poder instantáneo de fascinación; le regalo una flor marchitándose (no la flor viva), un amor desenamorándose. Largo tiempo después de que termine nuestra relación, ella abrirá el poemario de Eliot, y entre sus páginas, descubrirán esta flor marchita marchitándose. Es curioso cómo el poema II de "The Dry Salvages", consiguiente al verso del poema comentado, Eliot comienza a preguntándose si es posible que este marchitar de la flor marchita acabe; y que más adelante aún, lo niegue, evidenciando su desaliento, y demostrando de algún modo, que es causa de nuestra percepción melancólica, volcada al pasado.

Por lo tanto, sólo se podrá recuperar esa rosa ofrendada, en la intensidad del instante: dejando a la irrealidad, los despojos de su duración (la melancolía abolida.) Eliot parece decir, que si nos permitiéramos este cambio de óptica, la Eternidad sería posible.

No sería entonces, que ella hace tiempo habría recibido una flor ahora marchita, porque yo la amaba, sino que ella, aquella vez (ese instante real, lejano como un pecio en el mar del tiempo), recibe una flor porque yo la amo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

"remember for the roses had the look of flowers that are looked at...". Tarde un montón de años en descubrir que esa frase escrita por mi madre atrás de una foto de las dos cuando yo era un bebé era una cita del poema más hermoso de ese mismo texto que citás.
(me hiciste lloriquear), hermoso el texto.