lunes, agosto 1

Concierto y Pereza

Kafka anota en su diario, el 13/12/1911, luego de haber escuchado un concierto, que a su oído a-musical le es indiferente, que: "No hay en el público un respeto hacia la literatura comparable al respeto que siente por la música"
Y hoy, esto me parece igualmente cierto y más notorio. Reflexioné esta cita de la siguiente manera: que la posición de escucha es de una pereza que no tiene la lectura. Al auditorio sólo le basta relajarse y dejarse amortiguar por el preciso transcurso de la música; a lo sumo, la acompañara un canto a media voz, una digitación aérea e inconsecuente. Pero la lectura exige su trabajo, hace que la música no brote hasta que nuestros dedos articulen las notas de su composición.
En esto, también emerge la pericia que irá incrementándose cuanto más se practiquen las tocattas lectivas.
Para algunos, ciertas notas serán inaudibles, ciertos arpegios demasiado arqueados, ciertas composiciones difícilmente abarcables con el sentido y el pensamiento.
Leer es escuchar un concierto de piano mientras se intenta seguir las exactas digitaciones del músico, leer el pentagrama en su belleza visual, y escuchar el carácter volumétrico, ambiental, del tema.
Una interpretación que exige nuestra acción, nuestra pericia cada vez más ágil en las articulaciones, todo un asalto a la ejecución que, sólo después de vencer acostumbradas inercias, prejuicios e incertidumbres electivas, se tornará en la simpleza armónica de una animal elástico en movimiento, natural.

[Todo esto, pensando muy especialmente en la indolencia de los adolescentes frente a la lectura y su vibrátil entusiasmo frente a la música]

(Rescatado de Libreta Negra)

6 comentarios:

Gus Nielsen dijo...

Buenísimo tu blog. Un abrazo.

Miguel P. Soler dijo...

Gracias, Gustavo. Un gustazo que me haya leído.

Charlotte dijo...

charlotte leyendo lo suyo. saludos.

Omar dijo...

En la lectura, uno es el acento, el metrónomo de la pasión. En la música, el orden de la ejecución conforma una realidad. El texto se aleja totalmente de eso, no demanda ese más acá como público.

inx dijo...

Sin embargo, fijate lo que dijo Mark Twain a la salida de un concierto, cuando le preguntaron qué le había parecido: "No he oído nada igual, desde el incendio del orfanato".

Miguel P. Soler dijo...

Sí, por supuesto Inx, el oído compositivo puede escuchar música hasta en los flaps de las llamas, y los chillidos angustiados de los niños en la noche iluminada de amarillo.
Seguramente el viejo Mark, preferiría escuchar la fluída fricción del río bajo una balsa de troncos mal atados.
Gracias por tu cita, Inxil.